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jueves, 13 de enero de 2022

La culebrera pechinegra, el águila culebrera más social

 Las cálidas y, en muchas ocasiones, semidesérticas praderas africanas son hogar de numerosas especies de reptiles que adoran el sol y el calor reinantes en ellas, como animales de sangre fría que son. Es un hecho bien sabido por los humanos y, naturalmente, por sus depredadores, entre los que se cuentan la práctica totalidad de águilas culebreras del mundo, rapaces muy bien adaptadas para la caza de estos seres.

En este blog se ha hablado del águila culebrera europea, que acude a estos lugares a pasar el invierno, y del águila culebrera cenicienta, especie exclusiva del continente africano; esta vez hablaremos de una rapaz también netamente africana y bastante poco conocida por el público en general: la culebrera pechinegra

A primera vista, esta águila parece una especie de cruce entre el águila culebrera europea y la también africana (y mucho más poderosa) águila marcial, con su cabeza gris, su pecho y alas también grises y su vientre blanco; con sus 65 cms de longitud, como una gaviota grande, se asemeja a una versión “en miniatura” del águila recién citada. Suele pesar entre 1 kilo y 2 kilos y medio, y como sucede con todas las demás rapaces diurnas, la hembra es mayor que el macho. Los juveniles son de un color más o menos rojizo. Es rasgo común en esta y en el resto de águilas culebreras la disposición binocular de los ojos y la forma de su cabeza, bastante ancha, dándole todo ello cierto aspecto de rapaz nocturna.

Esta especie guarda tantas similitudes con las otras águilas culebreras que durante un tiempo se consideró como una subespecie del águila culebrera europea. En la actualidad se piensa que está estrechamente emparentada con esta última águila y con el águila culebrera sudanesa (Circaetus beaudouini), pero formando una especie aparte.

Culebrera pechinegra adulta, foto de Christian Viel

Culebrera pechinegra, inmaduro. Foto de Christoph Moning

lunes, 22 de julio de 2019

El cernícalo primilla, la rapaz europea más pequeña

El cernícalo primilla (Falco naumanni) es pariente del poderoso y veloz halcón peregrino (Falco peregrinus), pero esta grácil rapaz es por contra y con toda probabilidad la más pequeña de las rapaces diurnas europeas (el macho mide 26 cms, es prácticamente del tamaño de un mirlo); su peso promedio se sitúa en los 150 gramos. Se parece muchísimo al cernícalo común (Falco tinnunculus), tanto que es fácil confundirlos en el campo, pero el primilla tiene colores más claros en general: no tiene bigoteras, su plumaje es mucho menos moteado en general (tanto su dorso como su vientre), su cola, obispillo y plumas de vuelo no están barreados e incluso sus garras son blancas (en contraste con las del cernícalo común, que son negras); pero como es lógico, estos detalles pasan fácilmente inadvertidos a menos que se disponga de unos potentes prismáticos. Es en definitiva, menos llamativo que su pariente común. La hembra (de 31 o 32 cms), también es difícil de distinguir de la hembra del cernícalo vulgar, más seguramente, aunque sus plumas de vuelo muestran un barreado bastante menos denso que la de esta última, y su bigotera también está menos marcada. 
Extrañamente y según cierta fuente, la genética de ambas especies no es tan similar como daría a entender su apariencia externa.  Se considera, por ejemplo, que el color gris de sus alas lo asemeja más al resto de halcones que a los propios cernícalos comunes, y que su falta de mancha malar es un rasgo primitivo o ancestral (yo personalmente no soy genetista ni paleontólogo, pero no me explico cómo se puede deducir esto cuando a mi entender es imposible que se pueda ver el color que tuvieron unas plumas a partir de un fósil).
Contrariamente al cernícalo común, a esta especie no se le conocen subespecies.
Otra curiosidad: su nombre científico hace referencia al naturalista alemán Johann Friedrich Naumann.

Cernícalo primilla macho
Cernícalo primilla macho

Cernícalo primilla macho en vuelo


Volverán los claros cernícalos primilla...

Al igual que las oscuras golondrinas, estos cernícalos (y a diferencia de lo que ocurre con su pariente el cernícalo vulgar), llegan a Europa en primavera (mediados de marzo-principios de abril) para regresar al continente africano en otoño (finales de agosto-principios de octubre). Es sabido, por cierto, que los machos se dan más prisa en llegar a nuestras tierras a inicios de primavera que las hembras, al parecer para defender sus territorios mientras esperan a sus compañeras. Sin embargo, cuando se acerca la estación otoñal, algunos ejemplares permanecen en el sur de España (dado su clima tan poco frío). El área de distribución de esta especie también se extiende hasta el lejano Oriente (llega hasta la India y Mongolia), e incluso suroeste de Siberia y noreste de China.
Pueden vivir en una especie de colonias (cosa que lo diferencia de su pariente) de tamaño muy variable: pueden ser 2 parejas, o 100 parejas.  Además, emiten chillidos estridentes (una especie de "wrii-wrii-wrii") cuando se reúnen en estas colonias, lo que puede recordar en cierta medida a las bandadas de estorninos cuando acuden a sus dormideros. Suelen vivir en las proximidades de los seres humanos, y crían en oquedades de las rocas o en edificios ruinosos (raramente en árboles) y no se molestan en construir nidos (cosa típica de los halcones, pero no de esta especie), depositando 2-5 huevos a finales de mayo, que eclosionan 1 mes después aproximadamente. Pasa otro mes hasta que los pequeños polluelos aprenden a volar, y 2 o más años hasta que se reproducen a su vez.


sábado, 12 de marzo de 2016

El pigargo vocinglero africano

El pigargo vocinglero africano (Haliaetus vocifer) es uno de los dos pigargos que existen en el continente africano. No tan grande como su pariente más famoso, el pigargo de cabeza blanca americana (Haliaeetus leucocephalus), su longitud corporal oscila entre los 70 y los 80 centímetros. Comparte con su pariente americano el color de su cabeza, que es blanco, aunque en este caso buena parte de su pecho también es blanco; la cola también es blanca. El resto del plumaje es de un hermoso color café, caoba o marrón oscuro, con las alas prácticamente negras. La envergadura alar en esta especie es considerable: 2 metros en el macho (eso, siendo más pequeño), y 2,30 en la hembra. El peso oscila entre los 2 kilos y medio del macho hasta los 3,6 kilos que alcanza la hembra. Los ojos son más pequeños que los del pigargo americano, y más oscuros; el rostro es también más pequeño que el de su pariente americano, y es de color amarillo.

Las garras, más delgadas y con las uñas más largas en proporción (excelentes para atrapar peces resbaladizos), son más grisáceas. Sus garras recuerdan mucho a las del águila pescadora.

El pigargo vocinglero recibe su nombre por sus hábitos muy poco silenciosos: desde el amanecer hasta el atardecer deja oír sus gritos allí donde habita. Algunos naturalistas lo han apodado "La voz de África". Un apodo con cierto tinte radiofónico... También resulta curioso que sea la hembra la que chille más a menudo que el macho.

Pigargo vocinglero africano


jueves, 8 de octubre de 2015

El águila de cabeza blanca americana

El águila de cabeza blanca americana (Haliaeetus leucocephalus) es probablemente el águila más conocida (o utilizada como símbolo publicitario) en la actualidad. Todo el mundo, o casi todo el mundo, conoce la razón: es el emblema de los Estados Unidos, y puesto que hoy en día los Estados Unidos son la nación más poderosa del planeta, no es de sorprender que la difundan por doquier. Aunque curiosamente existió un rival para ella a la hora de escoger al ave nacional americana: sorprendentemente, fue el pavo. Sí, el pavo de corral; según Benjamin Franklin, el pavo tenía muchas más cualidades que esta hermosa águila, que según él era un ave innoble que vivía de robar las presas a las otras aves. En ese sentido no le faltaba algo de razón, pues en ocasiones estas águilas piratean a otras aves como las águilas pescadoras, aunque personalmente no me imagino a los Estados Unidos colocando al pavo como emblema en cualquier parte.

El águila de cabeza blanca, o pigargo cabeciblanco, es similar a su pariente próximo el pigargo europeo (Haliaetus albicilla), pero de mayor tamaño y (como reza su nombre y como por otra parte todo el mundo sabe) con la cabeza blanca. Mide entre 85 y 105 centímetros de largo, y una envergadura alar de 2 metros y 45 centímetros. Su porte robusto, unido a su gran tamaño (mayor que el del águila real, por ejemplo) y al típico rostro que caracteriza a la mayoría de los pigargos (que da la impresión de que sonría, y que sea un ave segura de sí misma), hacen fácil imaginar las razones por las que los americanos la eligieron como emblema (exceptuando a Benjamin Franklin, claro). El resto del plumaje de los adultos es pardo oscuro, con la cola tan blanca como la cabeza; en los inmaduros, por contra, el plumaje es completamente pardo. Como es habitual entre las águilas, la hembra es bastante más grande que el macho: mientras ella llega a pesar 6,3 kilos, el peso de su consorte no pasa de los 4,6 kilos. Los ejemplares de mayor tamaño se encuentran en Alaska.

águila de cabeza blanca
Águila de cabeza blanca americana (Haliaeetus leucocephalus)


martes, 16 de junio de 2015

El Cernícalo Común

El cernícalo común (Falco tinnunculus) tiene un nombre muy apropiado pues es una de las rapaces más comunes del planeta. También es una de las más pequeñas: mide unos 34 centímetros de largo (como una paloma), alcanza los 80 centímetros de envergadura y pesa 200 gramos de media. El color del plumaje varía mucho entre ambos sexos: el macho, más vistoso (aparte de ser más pequeño, como es habitual), presenta la cabeza de color gris ceniza, con dos bigoteras negras bajo los ojos, las partes superiores de color castaño y las inferiores amarillentas, con manchas negras tanto por el dorso como por el vientre; la cola, también gris ceniza, termina en una banda blanquinegra. La hembra, en cambio, presenta la cabeza, las partes superiores y la cola de color pardo y con listas oscuras. Los inmaduros tienen un colorido muy similar al de la hembra. Todos los cernícalos tienen en común el color de las patas y el de los ojos: amarillas las primeras y pardos los segundos. Las garras presentan dedos cortos y fuertes, lo que sugiere (y así es, en verdad) que prefiere cazar roedores e insectos, antes que pájaros (a diferencia del gavilán, por ejemplo).

Cernícalo común hembra
Cernícalo común hembra. Foto de Francisco Welter Schultes

Cernícalo común macho
Cernícalo común macho. Foto de Francisco Welter Schultes